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Accidente cerebrovascular hemorrágico: hemorragia subaracnoidea

Un accidente cerebrovascular hemorrágico consiste en la rotura o la pérdida en un vaso sanguíneo del cerebro. Un vaso sanguíneo que está en la superficie del cerebro se rompe y sangra (hemorragia). Esto derrama sangre en el espacio subaracnoideo que rodea al cerebro y a veces también en el cerebro. La aracnoides es una de las 3 membranas que rodean el encéfalo. En la hemorragia subaracnoidea, la sangre gotea debajo de esta membrana y alrededor del cerebro (en el espacio subaracnoideo).

Este tipo de accidente cerebrovascular suele ocurrir de forma súbita, sin demasiada advertencia. De los tipos de accidente cerebrovascular, este es el más grave.

Corte transversal de un cerebro dentro de un cráneo en donde se muestra la rotura de un aneurisma en un vaso sanguíneo en la superficie del cerebro. La sangre de la hemorragia está entrando en el espacio que existe entre el cerebro y el cráneo.

Qué sucede durante una hemorragia subaracnoidea

Este tipo de accidente cerebrovascular consiste en la rotura de un vaso sanguíneo mayor en la superficie del cerebro. Normalmente, el espacio subaracnoideo contiene un líquido transparente, el líquido cefalorraquídeo (LCR). Cuando el vaso sanguíneo se rompe, la sangre se derrama en el LCR. La cantidad total de líquido en el espacio subaracnoideo aumenta y genera presión sobre el cerebro. Este exceso de sangre y LCR se llama hidrocefalia. Además de circular alrededor del cerebro, la sangre puede entrar y dañar al cerebro. La sangre en el cerebro se llama coágulo de sangre o hematoma cerebral.

La mayoría de estos accidentes cerebrovasculares ocurren durante la rotura de un aneurisma cerebral o una malformación arteriovenosa (MAV). Un aneurisma es una zona debilitada de la pared de un vaso sanguíneo. Se forma una burbuja en esa zona debilitada. En ciertos casos, un aneurisma cerebral puede causar dolor u otros síntomas. Pero en la mayoría de los casos, un aneurisma no produce ningún síntoma hasta que se rompe.

Síntomas de una hemorragia subaracnoidea

Cualquier tipo de accidente cerebrovascular constituye una emergencia. Si nota alguno de los siguientes síntomas, llame de inmediato al 911 aun si parece que los síntomas se alivian:

  • Dolor de cabeza insoportable y repentino sin motivo conocido

  • Náuseas y vómitos (a menudo con dolor de cabeza)

  • Confusión o reducción del nivel de consciencia repentinas

  • Dificultad para moverse o pérdida de sensación, particularmente en la cara, un brazo o pierna, específicamente de un lado del cuerpo

  • Problemas para caminar, mareo, pérdida del equilibrio o la coordinación repentinos

  • Dificultades repentinas para hablar o comprender el lenguaje  

  • Cambios repentinos del estado de ánimo

  • Reducción de la visión, visión doble o pérdida de visión repentinas, especialmente si ocurre en un solo ojo

  • Hipersensibilidad repentina de los ojos a la luz

  • Dolor en el cuello y el hombro o rigidez en el cuello

  • Convulsiones

Tratamiento de un accidente cerebrovascular hemorrágico 

La fase breve (aguda) dura desde los primeros minutos hasta varias horas a partir del comienzo de los síntomas. Durante esta fase, el tratamiento se concentra en aliviar la presión sobre el cerebro para prevenir daños mayores. Es posible que le hagan un procedimiento o una cirugía para reparar la rotura del aneurisma. Es posible que le coloquen un drenaje en el cerebro para eliminar LCR y aliviar la presión a fin de tratar la hidrocefalia. También puede usarse el drenaje para medir la presión cerebral. Es posible que le administren medicamentos por vía intravenosa para controlar la presión arterial. También es posible que le den medicamentos anticonvulsivos. Probablemente le harán pruebas para determinar si tiene otros aneurismas en el cerebro. En caso de que se encuentren, podría necesitar una cirugía para reducir el riesgo de rotura y hemorragia en el futuro. Aun si no hay riesgo de que ocurra un sangrado, las personas que tuvieron una hemorragia subaracnoidea están en riesgo de tener un accidente cerebrovascular por la tensión de los vasos sanguíneos (vasoespasmo) en los siguientes 14 días.

Después de la fase aguda, el tratamiento se concentra en la recuperación. A largo plazo, los trastornos resultantes de un accidente cerebrovascular pueden consistir en parálisis o en dificultades para hablar, para comprender o para pensar con claridad. La rehabilitación puede ayudar a reducir estos efectos y recuperar las capacidades perdidas. Empieza en el hospital, luego continúa en un centro para pacientes hospitalizados (internados) o ambulatorios (externos), y más tarde en su propia casa. Se concentra en la recuperación de las capacidades perdidas. Puede consistir en lo siguiente:

  • Ayuda para recuperar el movimiento

  • Logoterapia (terapia del habla y del lenguaje)

  • Ayuda para tragar líquidos y alimentos

  • Ayuda para reducir los factores de riesgo de otro accidente cerebrovascular, como por ejemplo el hábito de fumar

Además, es posible que le receten medicamentos para prevenir un nuevo accidente cerebrovascular. Estos incluyen medicamentos para controlar la presión arterial y prevenir las hemorragias.

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