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Analgésicos para el cáncer

No tiene que aceptar el dolor como una parte normal de la vida por tener cáncer o administrarse un tratamiento contra el cáncer. Hay muchos medicamentos para ayudar a controlar el dolor. También hay muchas maneras de administrar los medicamentos para el dolor. Por ejemplo, en pastillas, parches o con una bomba especial. A medida que su dolor cambia, es posible que le indiquen cambiar los medicamentos que toma y la manera de tomarlos. Quizás encuentre métodos alternativos que lo ayuden a aliviar el dolor. Por ejemplo, la relajación, los masajes y la biorretroalimentación.

Trabaje con su proveedor de atención médica para encontrar la mejor manera de controlar el dolor. Siga las instrucciones del proveedor a fin de usar los analgésicos de manera segura para que sean eficaces.

Primer plano de manos con información de una receta y un frasco de pastillas recetadas.
Lea la información que trae su medicamento para entender mejor sus efectos secundarios y saber cómo tomarlo.

Maneras de administrar los analgésicos

Pastillas, comprimidos y aerosoles

Tomar analgésicos por la boca es la forma más común de tratar el dolor que produce el cáncer. Algunos medicamentos deben tragarse, como las pastillas o los líquidos. En otros casos, puede disolverlos en la boca. Y otros pueden aplicarse como aerosol bucal o nasal.  

Parches y supositorios

Si no puede tomar medicamentos por la boca, un parche puede ser útil. Se coloca en la piel y proporciona el medicamento durante varios días. Algunos medicamentos se colocan en el recto y se absorben allí. Se llaman supositorios.

Sondas intravenosas y bombas de PCA

Si se administran por vía intravenosa, un pequeño tubo envía el medicamento a una vena de la mano o del antebrazo. La bomba de analgesia controlada por el paciente (PCA, por su sigla en inglés) tiene un botón que usted presiona para recibir una dosis de analgésico. En algunos casos, se usa la bomba para administrar el medicamento de forma continua. Es decir que usted no tiene que presionar ningún botón. En cualquier caso, las bombas se disponen de manera cuidadosa. Solo puede recibir una cantidad determinada del medicamento durante una determinada cantidad de tiempo.

Inyecciones

En algunos casos, se usan inyecciones para tratar el dolor en una zona específica del cuerpo. Por ejemplo, una inyección de esteroides en una articulación puede reducir el dolor y la inflamación en esa articulación. O podrían darle un analgésico local que se inyecta en los nervios. Esto se conoce como bloqueo nervioso.

Anestesia raquídea y epidural

En ocasiones, la anestesia raquídea y la epidural se emplean para aliviar el dolor muy intenso. Estos medicamentos se administran cerca del líquido que rodea la médula espinal o directamente en ese líquido. Estos métodos bloquean el dolor en una parte del cuerpo, generalmente de la cintura para abajo.

¿Me volveré adicto?

La adicción es una preocupación común entre las personas que deben usar analgésicos fuertes (denominados opioides o narcóticos) para tratar el dolor provocado por el cáncer. Este miedo podría impedir que algunas personas reciban alivio para el dolor. Los analgésicos pueden usarse de manera segura para el tratamiento del dolor por el cáncer. Cuando reciba analgésicos, colabore de cerca con su proveedor de atención médica. Adminístrese los medicamentos solo como se lo indiquen.

Con el tiempo, algunas personas necesitan dosis más elevadas del medicamento para aliviar el dolor. Esto no se considera una adicción. Es tolerancia. Quiere decir que su cuerpo se ha adaptado a la dosis que estaba tomando, de modo que ya no funciona tan bien como antes. Una vez más, colabore con su proveedor de atención médica para tomar sus analgésicos de manera segura y correcta. Informe al proveedor si tiene antecedentes personales o familiares de abuso de drogas o alcohol. De esta forma, evita los problemas de adicción. También ayuda a lograr el control que usted necesita para el dolor.

Conserve siempre los analgésicos en un lugar seguro. No los comparta con nadie. Tenga presente que algunas personas podrían querer robarle los opioides para venderlos de forma ilegal.

Hable con su proveedor de atención médica

Hable con su proveedor de atención médica acerca del dolor y del modo en que afecta su vida. Para asegurarse de aliviar bien y de manera segura el dolor, procure lo siguiente:

  • Saber cuáles son las dosis correctas y cómo y cuándo tomar los analgésicos.

  • No triturar ni romper las pastillas, a menos que su proveedor o farmacéutico le indique que puede hacerlo.

  • Consultar los efectos secundarios del medicamento para el dolor que toma y qué puede hacer para prevenirlos o controlarlos.

  • Saber que es posible que necesite diferentes medicamentos, usarlos de diferentes maneras o usar diferentes combinaciones de medicamentos para lograr mejores resultados.

  • Asegurarse de que todos sus proveedores de atención médica conozcan los medicamentos que usa. Pero que solo uno de ellos los recete.

  • Consultar a su proveedor o farmacéutico cómo desechar de forma segura sus medicamentos para el dolor cuando deje de tomarlos.

  • No esperar a que el dolor sea intenso para usar el medicamento.

  • No dejar de usar todos los analgésicos de manera repentina. Es posible que deba reducir la dosis gradualmente. Hable con su proveedor acerca de esto.

  • No quedarse sin analgésicos. Trate de tener siempre un suministro para 1 semana. Es posible que se requieran recetas escritas o más tiempo para solicitar determinadas clases de medicamentos.

  • Nunca comparta sus analgésicos con otras personas.

  • Guarde sus medicamentos en un lugar seguro para que no los puedan robar. Si cree que el medicamento se perdió o que se lo robaron, avise de inmediato al proveedor de atención médica.

Cuándo llamar al proveedor de atención médica

Hable con su proveedor de atención médica o enfermero acerca de los efectos secundarios o problemas que debe tener en cuenta mientras toma medicamentos para el dolor. Además, asegúrese de saber cuándo debe llamar al proveedor. Quizás deba hacerlo en los siguientes casos:

  • Los analgésicos no le hacen efecto.

  • No puede usar los analgésicos como le indicaron.

  • Ha experimentado efectos secundarios graves, como problemas respiratorios, dificultades para despertarse, mareos, confusión o mucho estreñimiento.

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